Umberto Pellizzari nació el 28 de agosto de 1965 en
Busto Arsizio, en la provincia de Varese (Italia).
Mide 1.89 metros de alto y pesa 84 kilogramos, y su capacidad pulmonar es 7.9 litros. A la edad de 5 años ya sabía nadar perfectamente, a los 17 llevaba ya 11 competiciones de natación de nivel profesional.
Durante su servicio militar en Elba descubrió su pasión por el buceo libre o apnea ,es capaz de reducir el ritmo de su corazón a 10 latidos por minuto. Practica la autosugestión y el
Pranayama yoga para ser capaz de almacenar más oxígeno en el tejido de su cuerpo.
En 1984 Umberto comienza a dedicarse a la apnea.
Alcanza su primer record del mundo en 1988 y con 5'33 " establece el record en apnea estática.
Haciéndose miembro del equipo NO LIMITS SECTOR, el 19 de mayo de 1990 - en la piscina pública de Busto Arsizio - rompe el record del mundo de apnea estática, batiendo el record anterior de 5'50" establecido por el francés Philippe Goasse, con 6'03".
El 12 de julio de 1990 obtiene el título en Ciencias de la Información en la universidad de Milano. En ese tiempo ha comenzado el entrenamiento, con la meta de romper el record del mundo en la isla de Elba. El 10 de noviembre, del mismo año, en Porto Azzurro, Umberto sorprende a todos alcanzando un nuevo record del mundo de descenso en peso constante con una profundidad de 65 metros, aunque acaba de comenzar a participar en esta difícil disciplina. Con esta marca bate el record, estableció Pipin Ferreras solamente dos meses antes, por 3 metros. En Hawaii, el 9 de julio de 1991 , reclama record del mundo en apnea estática con 7'02"88, rompiendo el antiguo record de 6'40" que tenía el Michael francés Bader.
Solamente 2 meses después, en septiembre, en la isla de Elba conquista todos los record de inmersión en apnea. El 3 de octubre desciende en peso constante a una profundidad de 67 metros que mejora 2 metros su record anterior. El 22 de octubre Umberto alcanza un record del mundo de inmersión en apnea en peso variable que alcanza -95 metros, mejorando el record establecido por Pipin en septiembre de 1990 en Milazzo, por 3 metros.
El 26 de octubre, obtiene su tercer triunfo del mundo batiendo el record absoluto en inmersión en apnea, con -118 metros (pero en 1992 este record será superado con -120 metros por un rival cubano).
El 17 de septiembre de 1992 en Ustica, Umberto reclama el record del mundo de inmersión en apnea en peso constante con -70 metros, que perdió por el de Pipin el 27 de mayo.
El 11 de octubre de 1993 , costa afuera de Montecristo, establece un nuevo record en peso variable de "no limits" descendiendo a una profundidad de 123 metros. Umberto mantiene este record sólo hasta día 14 del mes próximo, cuando en Las Bahamas, Pipin lo mejora con -125 metros.
El 24 de julio de 1994 , en Cala Gonone-Dorgali, en Sardegna, Umberto alcanza un nuevo record del mundo en inmersión en apnea en la disciplina variable de lastre que desciende a una profundidad de 101 metros.
En julio de 1995 , en Villasimius en Sardegna, demanda dos nuevos record del mundo: -72 metros en peso constante (el 16 de julio) y -105 metros en peso variable.
En 1996 , otra vez en Villasimius, alcanza una vez más un record del mundo doble: el 9 de septiembre con -110 metros toma el record del mundo otra vez en peso variable y el día 16, con -131 metros, arrebata el record de Pipin en peso variable "no limits".
El 13 de septiembre de 1997 , en Porto Venere en Liguria conquista otra vez el record de mundo en peso constante con una profundidad de 75 metros, batiendo el de – 73 metros del cubano Alessandro Ravelo. El 20 de septiembre contra el mismo competidor cubano, Umberto gana el record en descenso variable a -115 metros.
En 1999 , Umberto Pelizzari gana todos los records en apnea en el mundo.
El 18 de octubre 1999 , durante el Genoa Boat Show, cuatro millas alejado del Cabo de Portofino, Umberto establece un nuevo record del mundo en la disciplina del peso constante, con una zambullida de 80 metros. Este record mejora por 4 metros el record registrado por el cubano Alejandro Ravelo en agosto de 1998 en Sicilia.
El 24 de octubre de 1999 , con la ayuda técnica de la nave Anteo, Umberto hace historia con una zambullida a una profundidad que era considerada imposible para el hombre por la medicina subacuática. Desciende a 150 metros en la disciplina de descenso en peso variable absoluto “no limits”. Después de una inmersión de 2'57 ", es otra vez el hombre con la inmersión más profunda del mundo.
En el 2000 , Umberto Pelizzari estuvo implicado en la realización de la película
Ocean Men, producida por IMAX, que cuenta la historia de dos grandes apneistas: Umberto y Pipin.
En octubre 2001 el equipo nacional italiano, que abarcaba Umberto Pelizzari, Davide Carrera y Gaspare Battaglia, ganó la medalla de oro en el Campeonato del Mundo de Apnea por Equipos que tuvo lugar en el Club Med en Ibiza.
De nuevo en octubre, Mursia (Biblioteca del Mar) publicó el primer
manual ilustrado de apnea, escrito por Umberto y Stefano Tovaglieri.
2001 fue un año mágico para Umberto; el 3 de noviembre en las aguas de Capri, estableció un nuevo record del mundo del apnea en peso variable. El atleta se zambulló a 131 metros y entró detrás de 2'44", batiendo el record de Genoni por 5 metros.
En "no límits", la especialidad popularizada en la película de
"El gran azul" de Enzo Maiorca y Jacques Mayol, comentó que se hace un gran esfuerzo físico, el problema es la compensación (el tímpano). Explicó que a 150 m. se soporta una presión de 16 atmósferas y el pulmón se hace 16 veces más pequeño, además que aguantar el aire en el tímpano es una maniobra muy difícil. Recordó que con la técnica de Jacques Mayol retenías el agua en los conductos respiratorios (técnica no muy confortable) y eso permitiría llegar a 200m sin problemas, porque no existe esfuerzo físico.
Respectó al lastre constante, afirma que es la especialidad más dura, la verdadera especialidad de un apneista. " Si bajas más es que eres más fuerte ,no por el lastre', comenta. Añadiendo que con la monoaleta se puede pasar la barrera de los 150m. " Ahora podemos igualar a Jacques Mayol".
Umberto dice que el mamífero marino que más baja sólo lo hace hasta los 70 m. y el hombre está llegando a -200 m.
Su especie marina preferida es el delfín. " Me encantan los delfines" , dice y al respecto Fue alumno de Jacques Mayol de quien lo aprendió todo. Incidió en su preparación psicológica, recordándo que Mayol fue el primero en introducir el yoga en la apnea profunda. Su gran maestro decía que en el agua se deben olvidar las reglas de los hombres. Por ello Umberto observa la manera en que nadan los delfines, además de que ellos, como los humanos, tienen que subir a la superficie a respirar.
Vaticinó que en la modalidad más difícil ("lastre variable" en tres o cuatro años se llegara hasta los 200 metros.
En la actualidad, el austriaco Herbert Nistch supero esa barrera, en los -214 mts.
Una pequeña anécdota, recuerda cuando él, un joven sin tradición acuática, sin anteriores records, se permitió hacer un "challenge" con Pipín quien desde hacía 5 años había batido todos los records y de quien se decía que supo antes nadar que caminar. A ese desafío acudió la tv pública italiana, y cuando conoció al periodista que cubría el evento le dijo que estaba ahí porque había una serie de tv donde querían montar una emisión sobre el síncope, y buscaba imágenes sobre ello, por eso le enviaron a firmarlo (porque creían que estaba loco al intentar batir a Pipín).
Umberto vive actualmente en Busto Arsizio en Sardinia donde regenta su propia escuela y además enseña buceo en apnea.
¿Qué se siente al estar a 150 metros bajo el nivel del mar, con tan solo el aire que hay en tus pulmones?
Felicidad increíble, sensaciones únicas, realmente no hay palabras. Tu cuerpo se comporta de forma diferente, notas cada centímetro de él, tus pulmones se reducen a una dieciseisava parte de su volumen habitual, el corazón late a 7 u 8 pulsaciones por minuto. Se vive!!!!!
Fuera de tu cuerpo, la naturaleza es diferente, no hay sonido, ni luz, tampoco gravedad, no hay nada, solo la fuerza gravitacional y el latir de tu corazón el cual oyes con claridad en tu cabeza.
Ascender de esas profundidades, debe ser casi como volver a la vida, después de un breve paréntesis.
Realmente si, es un placer indescriptible, notas con claridad como tu cuerpo gradualmente vuelve a su sitio, a su estado. Lo que te sucede, es que desearías salir para tomar aire y volver a descender inmediatamente al gran azul.
¿Qué impulsa a un hombre a sumergirse en el agua con el único aire que el que sea capaz de retener en sus pulmones y descender a profundidades donde ni la luz del sol puede llegar? Es una pregunta de difícil respuesta, pero quizá las palabras de Umberto Pellizzari, uno de los mejores apneistas de todos los tiempos, puedan aportar algo de luz a este enigma.
De 0 a 100 metros e incluso más profundo, de cabeza hacia el abismo: el latido del corazón se vuelve más lento, el cuerpo se desvanece, y todos los sentimientos toman una nueva forma. La única cosa que permanece de nosotros es el alma. Un largo salto en el alma, que parece absorberse en el universo. Cada vez que asciendo es una oportunidad: es mi yo que se reencuentra en mi dimensión humana, metro a metro, para subir entonces y ver la luz otra vez. A menudo ocurre que me preguntan que hay allí abajo en el fondo del mar. Quizá la única respuesta posible es que uno no desciende en apnea para mirar alrededor sino que lo hace para mirar dentro de si mismo. En el abismo me miro a mi mismo. Esto es una experiencia mística limítrofe con lo divino. Estoy inmensamente solo pero siento como si en mi interior estuviese toda la humanidad conmigo. Es mi existencia, una existencia humana que supera los límites, que se absorbe en el mar, que se funde en si mismo y lo reencuentra.
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